Ver a Michael Phelps ganar una medalla o romper un récord, pues anunció su retiro formalmente en estas Olimpiadas.

También nos harán falta las griterías de su madre desde las gradas.

La cantidad de deportistas que están como para chuparse los dedos.

Ver a Andy Murray ganar en la cancha de Wimbledon contra Federer.

Las muecas y los estiramientos raros de los atletas antes de sus eventos.

Los chismes de la Villa Olímpica: Que si fulano estaba con aquella y que repartieron más de 100,000 condones y tuvieron que llevar más porque se terminaron, etc.

Las muecas de McKayla Maroney luego de ganar plata en el evento de salto (“vault”) y los memes creativos que surgieron luego. La pobrecita perdió el oro tras una inesperada caída.

Ver a las rusas gimnastas llorar cada vez que ganaban plata, como si hubiesen quedado en última posición. ¡Incomprensible!

Los uniformes espantosos de España y de otros países.

A Oscar Pistorius, el atleta de Sudáfrica que se ganó el corazón del mundo al convertirse en la primera persona en participar en un evento olímpico con una discapacidad física. ¡Una historia fascinante!

Ver a la realeza española e inglesa en los eventos deportivos.

Ver a la reina de Inglaterra “lanzándose en paracaídas”. Esto es algo que de seguro jamás veremos en la Revista Hola o en las notas de sociedad.

Ser testigo de las hazañas de las volibolistas de playa Misty May and Kerri Walsh de Estados Unidos, tres veces campeonas de oro en Olimpiadas. May (izquierda) anunció su retiro en estas Olimpiadas. Han sido consideradas las mejores del mundo en la historia.

Apreciar la entrega de estos hermosos y pequeños ramos de flores, los cuales eran ignorados por la mayoría de los atletas luego de la premiación.

Ser testigo de cómo Oksana Chusovitina, original de Rumania pero representante de Alemania, compitió en gimnasia a sus 37 años con chicas que ni habían nacido cuando ella comenzó a asistir a eventos olímpicos. Han sido las Olimpiadas más “viejas” de la historia, lo cual demuestra diversidad en todos los sentidos.

Finalmente, extrañaremos ver a las Spice Girls bailando y cantando sobre un escenario como cuando éramos niñas. Momentos que no volverán.