3 señales claras de que aún vivimos en una sociedad machista

Tenemos que admitirlo. Las mujeres hemos progresado paulatinamente y hemos adquirido respeto en las sociedades de las que somos parte. No obstante aún queda mucho por lograr. El machismo sigue metido en nuestras culturas, a veces de forma evidente o más sigilosa.

Sabes que aún vives en una sociedad machista cuando…

1) No hay cambiadores de bebé en los baños de los hombres.

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Sí, parece que hasta en el siglo XXI limpiar a los bebés es tarea femenina. ¿Será que se requiere tener ovarios para hacerlo? Cuando los cambiadores solo existen en los servicios sanitarios para mujeres, esto nos obliga a ser nosotras las que siempre tengamos que levantarnos a atender a nuestros hijos, mientras que nuestras parejas continúan saboreando su comida o paseando por el centro comercial o cualquier otro lugar en el que nos encontremos. No obstante, muchos hombres con mentalidad moderna han atacado esta práctica. En días recientes el actor estadounidense Ashton Kutcher se quejó por la falta de cambiadores en baños de caballeros, puesto que entiende que los padres tienen que compartir las responsabilidades de cuidar y atender a sus hijos.

2) El actor principal de una película puede ser un adefesio, pero la protagonista tiene que ser una mujer espectacularmente bella.

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Mientras en el cine, los hombres son reconocidos por sus talentos actorales, su fuerza y/o su sentido del humor, las mujeres, por más talento que tengan, siempre serán juzgadas en primer lugar por lo que su mamá les heredó en capital estético.

3) Los hombres no disfrutan de periodo de paternidad en los trabajos. Por ende, el trabajo de cuidar del bebé principalmente recae en la mujer.

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Mientras muchos países europeos le brindan a los padres de 18 a 61 semanas para estar con sus hijos, la mayoría de las naciones niega este importante beneficio marginal. Como consecuencia, la mujer tiene que asumir la mayoría de la carga de cuidar a los niños, desde que estos nacen. Para contrarrestar el sexismo, lugares como el Reino Unido han adoptado el término “Parental Leave” (Licencia para padres), en la que se le brinda a la pareja, no solo a la madre, un tiempo determinado para poder ausentarse al trabajo y son ellos quienes deciden por cuánto tiempo cada uno se quedará con el bebé, cómo rotarán durante el periodo y tomarán turnos.

¿Qué otras señales podemos ver en nuestras respectivas ciudades y países que manifiestan un machismo evidente o solapado?

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Por qué las mujeres somos nuestras peores enemigas

Con los años, las mujeres hemos logrado grandes cambios que nos han permitido disfrutar de derechos y privilegios que en antaño estaban reservados exclusivamente para los hombres. Estos adelantos se los debemos a luchadoras incansables como Luisa Capetillo, Susan B. Anthony y Ana Roque de Duprey, entre muchas otras. No obstante, muchas mujeres hemos abandonado el camino de la solidaridad femenina y en cambio, hemos decidido convertirnos en las peores enemigas de las féminas con nuestras mentalidades y comportamientos. Lo triste es que en muchas ocasiones, no nos damos cuenta. Ojalá este artículo nos ayude a tomar medidas remediales.

Retomar la senda que conduce a la empatía con otras mujeres es posible. Ciertamente, debemos dejar atrás la forma negativa en que interactuamos entre nosotras y los comentarios que compartimos, que podrían trabajar en función de nuestro detrimento como grupo y personas individuales. Veamos en detalle cómo estamos fallando.

En el amor

Cuando un hombre ve que su amigo tiene una nueva novia que es considerada, guapa y amigable, inmediatamente piensa que debe conseguirse una chica como esa. En contraste, cuando una mujer ve que su amiga está en una relación estable con un hombre centrado, bien parecido y tierno, al segundo piensa que debe conquistar a ese mismo hombre. Por esta razón, es que escuchamos con tanta frecuencia sobre infidelidades de amigas con parejas, lo cual es una doble traición y un dolor elevado al cuadrado para la chica que es víctima de la situación. Respetar a las parejas de nuestras amigas y familiares es clave. Asimismo, si sabemos que un hombre está en una relación, debemos darlo como prohibido. Acceder a tener intimidad con él nos degrada, nos convierte en objetos sexuales y también hiere las sensibilidades de la mujer que le dedica su vida a ese hombre. ¡No caigamos en el juego!

Por otro lado, resulta ridículo que cuando un hombre es infiel, muchas mujeres procedemos a echarle la culpa a la otra e incluso, consideramos golpearla hasta dentro del pelo. Pero, ¿por qué hacemos eso? Esa mujer no tiene nada que ver con nosotras y le echamos toda la culpa. El verdadero reclamo debe ser para el hombre, quien se comprometió a respetarnos y a estar con nosotras de forma fiel e incondicional. Se han dado muchos casos en que las amantes ni estaban enteradas de que compartían pareja con otra. Quienes nos fallan son nuestras parejas, no las otras personas. Debemos recordar este detalle tan importante.

En el trabajo

¿Cuántas veces hemos escuchado chismes sobre una compañera de trabajo? En muchas ocasiones estos rumores son iniciados por otras mujeres envidiosas que logran influenciar a todos con sus calumnias. Sucede que cuando una mujer ocupa un puesto de importancia y renombre, inmediatamente algunas féminas procedemos a decir que obtuvo la posición porque se acostó con uno de los grandes de la empresa. Ciertamente, este tipo de situaciones se da, pero ese no siempre es el caso. Debemos reconocer que hay mujeres que son asignadas a posiciones destacadas por sus méritos y virtudes. Cada vez que una de las nuestras ascienda al poder, debemos festejarla; su triunfo es un precedente que indica que en un futuro nosotras también podremos estar con ella en la cima.

En la escuela o universidad

Si una chica tiene buenas calificaciones o rompe la curva de los exámenes, muchas de nosotras inmediatamente presumimos que es porque tuvo intimidad con el profesor. ¿Acaso las mujeres no tenemos suficiente materia gris para tener éxito en la Academia? Apoyemos a nuestras hermanas y ayudémoslas a llegar tan lejos como puedan.

En la amistad

Si tenemos una amiga que tiene sexo casual con hombres, no corramos a tildarla de ramera. Muchos hombres son libertinos en todo lo que a sexo se refiere y a ellos no les decimos nada. Si nuestra amiga es juiciosa y se cuida de enfermedades, no la juzguemos. Sí podemos aconsejarla, pero al final del día la decisión es de ella.

También debemos evitar criticar a nuestras amigas por cómo se ven físicamente o por sus preferencias en moda. No todo el mundo puede lucir como una modelo de pasarela y medir 6′ de estatura. Debemos aceptarlas como son y fijarnos en su intelecto y espíritu. Nuestra crasa superficialidad se ha convertido en un obstáculo para otras mujeres que prefieren cultivar su mente, en vez de llenar su armario de artículos que no necesitan. Ya los hombres nos juzgan suficiente sobre cómo nos vemos. Lo menos que necesitamos es tener un grupo de mujeres azotando nuestra autoestima de la forma más despiadada.

De igual modo, si tenemos una amiga que queda embarazada sin casarse, apoyémosla. Ya la sociedad se encargará de insultarla y hacerla sentir mal, nosotras no tenemos por qué aportar al festival de epítetos destructivos. De seguro el padre de la criatura no pasará por el cruel escrutinio por el que pasamos las mujeres ante este tipo de circunstancia.

Si las mujeres nos unimos en una sororidad sin paredes, podremos continuar la obra de aquellas damas ilustres que cambiaron nuestro mundo. Si nos convertimos en nuestras peores enemigas, habremos perdido la batalla. Ya tenemos suficiente con que los hombres le adjudiquen burlonamente todos nuestros problemas al PMS y a nuestras hormonas. Nosotras engendramos vida, mantenemos viva a las sociedades y demostramos que con amor todo es posible. 

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Guía infalible para crear hombres inservibles

Los hombres no nacen, se hacen. Las relaciones que estos tienen con sus madres, hermanas, tías y parejas afectan su forma de pensar y actuar con las féminas. Lo cierto es que hay mujeres que tienen una habilidad incomparable para crear hombres que no dan un tajo ni en defensa propia. Si quieres ser como ellas, solo tienes que seguir estas sencillas guías. Así lograrás tener el bueno para nada con el que siempre has soñado.

  • Durante el noviazgo, por nada del mundo debes dejar que te abra la puerta. Tú tienes dos manos. Úsalas.
  • Nunca lo invites a tus actividades familiares, después de todo es tu familia. Eso sí, asiste a todos los eventos de su familia porque tienes que quedar bien con ellos.
  • Involucrarlo en los preparativos de la boda es un error craso. Él te está haciendo un favor al casarte contigo y evitarte la vergüenza de ser solterona. Con eso debe ser más que suficiente para ti.
  • Si te es infiel con otra, no te quejes. Debe ser orgullo para ti saber que tienes un hombre tan viril.
  • Si tiene un hijo fuera del matrimonio, lo hizo por ti, para darle más hermanos a tus hijos sin que tengas que pasar por el tedioso proceso del embarazo otra vez. ¡Agradece su sacrificio!
  • Si acuerdan dividir las cuentas de la casa y él se gastó su parte en videojuegos y otras chucherías, tu deber debe ser inmediatamente pagar sus facturas. Después de todo es tu culpa por no mantenerlo lo suficientemente entretenido.
  • Evita a toda costa que te ayude en la casa porque eso no es de hombres. Si lo hace su nivel de testosterona disminuirá y creará una exploción inmediata en sus genitales que le provocará pérdida de hombría. Lo único que puedes pedirle, y tómalo con pinzas, es que levante los pies mientras barres y mapeas. Ya con eso realizó suficiente trabajo.
  • Tú debes mantener la dieta para estar bonita para tu hombre, pero sí el engorda 10 libras, recuerda que en él se ven “cute”.
  • Si en el hogar hay un solo auto, él debe ser la prioridad. Para ti se creó el transporte público.
  • Si estás embarazada y tienes un antojo, no levantes a ese pobre hombre de madrugada. Si es un antojo significa precisamente que no lo necesitas y es un capricho de mujer. ¿Por qué el tiene que pagar por eso?
  • Si recibes cupones, plan 8, WIC, renta negativa, subsidio universal, etc., mételo a vivir en tu casa para que él no tenga que salir a trabajar cada mañana.
  • No lo obligues a echar la ropa sucia en el “hamper”. Simplemente recógela de camino a la cocina, antes de prepararle un plato “gourmet”.
  • Si tienen hijos, evita que él se involucre en sus vidas. Si lo hace, debe ser solo para regañar a los niños o castigarlos.
  • Durante el sexo, evita decirle lo que te gusta. Tu deber es complacerlo a él. Una vez él llega al clímax, se acabó la acción y debes dejar que se acueste a dormir.
  • Si están divorciados o separados, no le exijas que te pague pensión alimentaria para los niños. Ese hombre debe rehacer su vida y tiene que costear ropa nueva, un carro último modelo para “bajar bragas” y citas en distintos restaurantes con sus potenciales novias. Pedirle la pensión solo demuestra que eres una celosa compulsiva. ¡Abstente de hacerlo, mujer indigna!
  • Después de divorciados, sigue teniendo sexo con él para mantener vivos esos inolvidables recuerdos.

Cada día surgen más mujeres que crean hombres inservibles. Tú puedes ser una de ellas. Sigue estas simples reglas y te irá de maravilla. Tu hombre te estará eternamente agradecido por ayudarlo a alcanzar su máximo potencial de inutilidad y tú disfrutarás todos los beneficios que una creación como esta trae de por vida.

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