Si hoy mismo estás odiando tu trabajo, lo pensarás dos veces luego de ver estas imágenes. Quizás deberías imprimir estas fotos y ponerlas en tu escritorio para que seas más agradecida y pienses en lo bendecida que eres. Recuerda que por mal que estés, siempre hay alguien pasándolo peor que tú.
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Últimamente muchas personas han comentado que desean un cambio laboral, ya sea en su misma industria o en un campo completamente diferente. Escucharlas me inspiró este “post”. Amigas mías, sé que pronto encontrarán el trabajo que se merecen. ¡Tengan fe!
Sabes que es hora de cambiar de trabajo si:
Sientes que la compañía para la que trabajas ya te enseñó todo lo que podías aprender y te sientes estancada.
Aspiras a obtener una posición más importante y sabes que en ese lugar es poco probable que suceda.
Las glorias de la empresa dejaron de ser compartidas por ti hace mucho tiempo.
Piensas que tu trabajo es devaluado.
Has imaginado vívidamente que ahorcas a tu jefe, un supervisor u otro empleado.
Divides el sueldo que te ganas por la cantidad de horas trabajadas y cobras menos del mínimo federal. Got slavery?
Sientes que las amebas tienen un IQ mayor que las personas que te rodean.
Tu filosofía de trabajo dejó de ser compatible con la de la empresa.
Nunca te sentiste cómoda trabajando para la empresa, incluso desde el primer día.
Pensar en que tienes que ir a trabajar te produce llanto y ansiedad.
Has brindado sugerencias apropiadas para mejorar los sistemas y son completamente ignoradas.
La percepción general es que todo el mundo se quiere ir en un éxodo masivo.
Sientes que tu trabajo te quita más que lo que te da. Un empleo es más que un sueldo y beneficios marginales, se supone que te brinde satisfacciones personales también.
Descubres que personas en tu misma posición con menos experiencia o competencias que tú ganan mucho más en otro lugar.
Ojeas los suplementos de educación del periódico y consideras que sería buena idea estudiar mecánica diésel.
Sientes que eres solo una máquina de hacerle dinero a otro y no parte de una familia.
Utilizas tus días de enfermedad frecuentemente con falsas excusas para poder ausentarte al trabajo y alejarte de las situaciones.
Compras más de $5 en la lotería electrónica para ver si te ganas el gran premio de una buena vez.
El sistema está hecho para que, no importa lo que pase, trabajes más de 8 horas al día y no tienen respeto por tu tiempo personal.
Trabajas con “workaholics” que no tienen vida y esperan lo mismo de ti.
Tu jefe te odia y te lo demuestra cada vez que puede.
Has sido víctima de hostigamiento sexual.
Sientes que estás negativa y contagias a tus compañeros con tu malhumor. Esto tampoco es justo para ellos.
Pensar en el trabajo te causa parálisis en otras áreas de tu vida.
La calidad de tu trabajo dejó de ser importante para ti. Sentir orgullo por lo que haces es apremiante para ser feliz en el mundo profesional.
Tu estilo de trabajo es muy distinto a aquel que es parte de la cultura empresarial de la compañía.
Perdiste la pasión por ese tipo de industria y quieres explorar nuevos lares.
Has considerado la prostitución con tal de salir de ese lugar.
Si te sientes como la gente en estos anuncios, comienza a actualizar ese resumé, pero para ayer.
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