El peligro de la frase “Agradece que tienes trabajo”

Es obvio. Estamos en momentos de crisis y el panorama pareciera no mejorar. Se ha perdido la esperanza y la desesperación nos arropa. Han cambiado nuestras prioridades y hemos tenido que hacer los ajustes necesarios para sobrevivir. Lamentablemente en el proceso hemos adoptado frases y filosofías que hacen más daño que bien. Frases derrotistas que nos llevan al conformismo y a terrenos peligrosos.

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Cuando afirmamos “agradece que tienes trabajo” realmente lo que estamos diciendo es:

“Tenemos que conformarnos con lo que nos den”

Esto significa que no podemos protestar, ni exigir, ni pedir lo que nos merecemos. Es una actitud que podría llevarnos a realizar nuestras labores por menos y a ceder a que nos quiten lo que hemos ganado por esfuerzo y mérito. Es una forma de escupirle en la cara a todos los líderes obreros que nos abrieron las puertas para tener mejores condiciones de trabajo.

“Nuestros talentos no valen”

Si una empresa nos contrata es porque ve en nosotros cualidades y características especiales, únicas e irrepetibles. Que nos digan que cualquiera puede hacer nuestro trabajo, y por menos, anula nuestra trayectoria profesional, nuestros estudios y todo lo que hemos invertido en nosotros como personas y profesionales.

“Tenemos que aguantar”

Esta mentalidad nos pone en una posición de seres pusilánimes e inertes que deben agradecer de rodillas “la oportunidad” de alquilarle tiempo de su vida a una organización. Nos pueden entrar a golpes, obligar a cumplir horarios inhumanos y someternos a condiciones laborales de menor calidad y justicia solo por ganar un salario. De esta manera se olvida que el trabajo es una relación simbiótica que se supone que beneficie a las empresas y al empleado. Nosotros le alquilamos tiempo de nuestras vidas a las organizaciones, ellas no son dueñas de nuestras vidas.

Así que antes de proferir esas palabras, debemos recordar que el trabajo de todos tiene valor, que conformarse es pecado, que nuestros talentos son nuestro ancla y que aguantar atropellos no es una opción. Las palabras tienen poder y esta frase no puede ser el argumento peligroso que deje que el miedo y la injusticia valga más que nuestro resumé.

Agradezcamos que tenemos trabajo cuando sea el que nos merecemos. Agradezcamos que tenemos trabajo cuando nos traten como socios, no seres inferiores. Agradezcamos que tenemos trabajo cuando nos hagan sentir que no somos uno más.

Tips para ser más productiva en tu trabajo

¿Sientes que tu trabajo se acumula y que tus horas laborables cada vez son más largas? ¿Piensas que el tiempo no te da y te distraes por cualquier cosa? Seguramente no estás sola porque es un fenómeno muy común en el ambiente laboral. Lo importante es que reconozcas que tienes margen para mejorar y convertirte en la profesional de altura que mereces ser haciendo más en menos tiempo.

Consejos útiles que puedes seguir para ser más productiva en menos tiempo:

Establece una rutina saludable

Trata siempre de llegar a la misma hora a la oficina y planifica tu agenda de antemano para organizarte. Crea un ritmo de trabajo que funcione para ti. Por ejemplo, puedes dedicarle la mañana a contestar los correos electrónicos, dar seguimiento a los proyectos que tienes y para resolver los asuntos más apremiantes para sacarlos del camino temprano; puedes usar la tarde entonces para realizar tareas menos importantes y sencillas para que puedas ir bajando revoluciones y salir a una hora adecuada.

Olvídate del Facebook y otras redes sociales

Si calcularas el tiempo que le dedicas a las redes sociales o a búsquedas en Internet durante un día superarías las ocho horas laborables. Las redes sociales pueden ser una gran distracción cuando toda tu atención debe estar en tu trabajo. Quizás puedas proponerte a verlas una vez en la mañana y una vez en la tarde en lugar de dejarlas abiertas en tu computadora todo el día. Si les dedicas menos tiempo verás una mejoría inmediata en tu productividad. Además, en vez de decirle al mundo entero que estás trabajando en uno de tus estatus, sales mejor si de verdad le dedicas ese tiempo a tus proyectos.

Llega temprano

Dicen que al que madruga Dios lo ayuda. Esta cita es especialmente cierta en el ambiente laboral. Si llegas temprano a la oficina y comienzas tus funciones inmediatamente, es muy probable que puedas cumplir con todos tus pendientes durante el día laborable. Así evitas llevarte trabajo a tu casa y dedicarle al trabajo tiempo personal que puedes invertir mejor en ir al gimnasio o pasar tiempo con tu familia.

Coordina compromisos para luego de horas laborables

Una buena idea para salir a una hora decente de la oficina es hacer citas en el gimnasio o con tus seres queridos para tener una excusa de tomar tus cosas y salir. Pensar que tienes esa cita te hará hacer las cosas más rápido durante el día porque te motivarán a resolver tus asuntos de forma más ágil porque no tienes tiempo que perder.

Establece prioridades

Sé realista. No puedes cumplir todos tus compromisos profesionales en un mismo día. Analiza qué realmente tiene que salir primero y dedícale toda tu atención. Haz una lista de tus tareas en orden de importancia y realízalas con toda tu devoción. Recuerda evitar decir que sí a proyectos que no puedes resolver en cinco minutos y pide fechas de entrega cómodas para que no alteren tus planes.

Olvídate de tus amigas en horas laborables

Contestarle la llamada a esa amiga que siempre tiene un drama en horas de oficina puede ser muy mala idea. Tenerla en el teléfono afectará tu concentración y tu productividad. Si una amiga te llama, dile que te comunicarás con ella a la hora de almuerzo o tan pronto salgas. Si no quieres que el trabajo se meta con el tiempo de tu vida, entonces no dejes que tu vida se meta con el tiempo del trabajo.

Evita leer tus correos electrónicos todo el tiempo

Nada distrae más en un trabajo que tener que leer correos electrónicos constantemente. Establece un horario para leerlos y continúa con tu trabajo para evitar que en vez de que sean una herramienta se conviertan en un obstáculo.

Haz promesas realistas

Si quieres sobresalir en tu empresa debes mostrar una buena capacidad de trabajo en equipo y disposición. No obstante, debes evitar comprometerme en realizar proyectos en tiempos demasiado cortos porque creas un mal precedente y afectas la calidad de tu trabajo. Trata de negociar y pide tiempo con la promesa de que el resultado será encomiable.

Busca aliados

Identifica en tu oficina a varias personas que puedan ayudarte a agilizar tu forma de trabajar. Si te gusta cómo se desenvuelve un compañero, imítalo. Si tienes que irte a la hora en punto de salida y quedan cosas pendientes, trata de negociar con un compañero para que te cubra y tú devuélvele el favor en su momento de necesidad. Si un día en particular tienes que irte muy temprano, déjale saber a tus aliados desde la mañana para que puedan ayudarte y terminar todo durante el día.

Aprende a delegar

Quizás no eres lo productiva que puedes ser porque tienes demasiado trabajo para ti. Busca ayuda y asigna proyectos a personas con la capacidad de hacerlos. Si tienes demasiado, habla con un superior para que esté al tanto de que requieres intervención de otros. Es mejor pedir ayuda a permitir que un trabajo salga mal por falta de tiempo o atención.

Adelanta trabajo

Si sabes que al día siguiente te quieres ir a la hora en punto porque tienes una excelente clase en el gimnasio o quieres compartir con personas queridas, adelanta trabajo el día antes. Si llega un momento en que no tienes tanto volumen, de todos modos atiende proyectos futuros que ya estén disponibles porque nunca sabes si te asignarán otros trabajos que afectarán tu agenda.

Evita llevarte trabajo para tu casa

Tu tiempo personal es sagrado. Si te llevas trabajo para tu casa perdiste la batalla porque puede que afectes tu productividad en el trabajo al saber que tienes esa opción. También cambiarás la dinámica de tu familia y tu espacio personal. Tu meta debe ser salir de todo en la oficina. Si tienes que quedarte media hora más para resolver ciertos asuntos, hazlo, pero nunca dejes entrar a tu casa un cartapacio o archivo de trabajo porque no son buena compañía.

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